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Una Mujer Estresada

Pronúncialas

Pronúncialas

A veces las palabras son tan cálidas que te someten sin saber siquiera quién las pronuncia o escribe. Llegan a tu oído como una brisa fresca anunciando nuevos cambios, y tal y como pasa con el viento no las puedes ver, pero las sientes. Acarician tu rostro, te besan en la nuca y enredan tu pelo entre sus dedos durante un juego interminable de interrogantes y esperanzas. Apenas rozan tus labios durante el juego más estremecedor que podrías haber imaginado y ya han desaparecido, haciendo de lo prohibido algo más atractivo todavía.

Otras veces las sientes tan cerca y tan tuyas que prácticamente las puedes tocar. Son tan familiares que las esconderías bajo las sábanas, porque te huelen al café recién hecho y a los bollos de todas las mañanas. Prácticamente te enamoras de ellas, creyendo que son ese ideal que tanto habías buscado. Pero... ¿y si se alejan?

Cuando se alejan tu sueño se inquieta y los platos resbalan entre tus dedos. Los allegros se convierten en adaggios y tus ojos se vuelven vidriosos y plomizos como las tardes de noviembre. Entonces te das cuenta de que a lo mejor no eran tan tuyas como creías. Que quizá tan sólo seas una Roxane confundida y desorientada entre las páginas de un diario ficticio hecho a tu justa medida, pero no por el autor que tu pensabas.

Y dirás “Pero qué más da, tu amas el poema, no al poeta”. Pero no es así, no. Porque el poema es el alma del poeta, es... es el poeta en estado puro. Y por eso mismo Cristian no pudo ser Cyrano. Porque las facciones de su alma perduraron en su poesía más hermosa. Porque su alma era la belleza en estado puro.

Retenlo. Retén mientras puedas al poeta que construya esos momentos tan especiales. Porque no, definitivamente no hay palabras que expresen la belleza del autor que las escribe.

Háblame para que yo te vea

(Séneca)

La ventana

La segunda casa

El picaporte

Lo único que queda de la tranca de la puerta

Para que no digáis que exagero cuando digo que dentro hay árboles

... y las vistas:)

Llega el verano... ¡y subiendo!

Llega el verano... ¡y subiendo!

En la foto: Playa de Aguieira (Porto do Son)

¡Kaixo!

...Genial.

30 calurosos grados. Mi primera sesión de sol y chapuzones. Estreno sandalias. He aprobado todo de momento. Juan me ha dado una gran noticia sobre políticas. Bebi acaba los exámenes el mismo día que yo, nos iremos a Ortigueira y estaremso juntas todo el verano. Kiko me mandó ayer un mensaje para vernos allí, tal y como solíamos hacer. A lo mejor también viene Leis y todos los del viejo barrio. Y si puedo, en julio me voy a Euskadi (¡¡¡¡¡cóooomo me gusta Euskadi!!!!!)

Dos examenes a la vista: a finales de junio y a principios de julio. Y después... nada. Bueno sí, hay un par para septiembre, pero malo será. Qué más da ...¡Sólo tengo ganas de oír Reality Show toda la tarde y no parar de bailar! Me siento como en el verano de los dieciocho, pero no sé por qué presiento que este va a ser muchísimo mejor :)

Nunca he sentido la necesidad
de tener a nadie a mi lado
Comía solo y dormía solo
solo a veces o acompañado
Mi trabajo estaba bien
siempre muy ocupado
Algunos tipos deben pensar
que estaba muy solicitado

Y nada más lejos de la realidad
si no molesto no me van a molestar
Nada más claro
Y gasto mi vida sin arriesgar
viviendo la vida de los demás
Nada tan claro...

Nada como un poco de irrealidad
para poner los pies en el suelo
y sentir en tu propia carne la llegada del amor
Nada como ver por televisión
lo que se cuece y lo que pasa
Para ver en mi propia carne lo solo que estoy

No hay nada como ver la televisión
Nada como estar solo en tu sillón
No hay nada como estar solo como yo
No hay nada como ver la televisión
y elegir tú mismo la programación
Nada como nado como nado yo, yo, yo

A veces pienso que mucha gente vive muy bien así
Viven felices y comen perdices mirando para ti
pero yo estoy muy bien así
No quiero cambiar no quiero un millón
Pienso que todo el mundo debería escuchar esta canción

Y nada más lejos de la realidad
si no molesto no me van a molestar
nada más claro...

Nada como un poco de irrealidad
para poner los pies en el suelo
y sentir en tu propia carne la llegada del amor
Nada como ver por televisión
lo que se cuece y lo que pasa
Para ver en mi propia carne lo solo que estoy

No hay nada como ser tu propio patrón
Nada como estar solo en tu sillón
No hay nada como estar solo como yo
¡No!
No hay nada nada
como nado yo
No hay nada como estar como yo
No hay nada, nada nada
como nado yo
No hay nada como estar como yo
nunca nada como nado yo, yo, yo

(Piratas, totalmente desatados en su "Reality Show")

Libertad relativa

Libertad relativa

A veces me siento tan libre que ya nada parece tener límites. Puedo bailar en plena calle o saltar sobre los charcos. Puedo contar la lentitud de las horas mientras escucho el borboteo del estanque y leo un libro o zambullirme en él directamente y sin rodeos. Puedo cerrar el paraguas en plena tempestad o tumbarme en el césped y ver pasar las nubes. Puedo dejar que el viento enrede mi pelo durante una tregua de breves minutos. Puedo hacer lo que me da la gana, y no lo cambiaría por absolutamente nada en este mundo.

Entonces pienso que si Don Félix, mi profesor de ética y filosofía, escuchara todo esto me diría: segues a se-la pobre infeliz que coñecín con dezaseis anos. A liberdade plena é unha utopía, así como tampouco existe esa entelequia á que moitos chaman democracia.

Y mentalmente le contesto, tal y como solía hacer hace cinco años: Xa o sei mestre, pero e que non preciso dunha liberdade plena para me sentir completamente ceive. No necesito esa libertad absoluta, porque prefiero beber la vida disfrutando cada pequeño sorbo, y pintar mi cuadro con trazos lentos y precisos para poder sentir con total intensidad cada nueva pincelada. No entiendo a esa gente que quiere vivir al máximo de velocidad y sin freno. Prefiero mi pequeña e insignificante libertad relativa, porque incluso sólo con ella me siento viva todas las mañanas de este mes de junio.

Y él o García Calvo me tacharían de romántica decadentista, minimalista o alguno de esos términos que se inventan para justificar su adorada e intocable filosofía. Pero yo sé que Don Félix se siente un pelín más libre con cada chiquita del recreo, por mucho que pretenda negarlo en nuestras tertulias.

Este domingo, paseando por el río, me encontré con una chica que se debía sentir por lo menos tan libre como yo. Quizá por eso permitió que me acercara a ella sin asustarse demasiado. Parecía tan segura de no correr peligro... La diferencia entre nosotras es que ella llevaba un vestido azul precioso, de esos que todas hemos deseado tener a los cinco años. Cuando le dije lo mucho que me gustaba empezó a saltar de alegría, removiendo las hojas a su paso.

Y en el fondo, ¿a qué chica no le alegra el día un buen piropo? :)

En la foto: la chica del vestido azul

Receta para salvar golpes

Receta para salvar golpes

Hoy hace un año que decidió echar de su vida todos los fantasmas, y para conseguirlo elaboró su propia receta. La mezcla consistiría en dejar de creer en viejas ilusiones, en una buena caída para poder volver a levantarse, en sentir cómo le faltaba el aire para darse cuenta de que seguiría respirando y en ser infinitamente débil para conseguir hacerse mucho más fuerte después.

Para reforzar el efecto utilizó una buena levadura: cerrar todas las puertas, abrir todas las ventanas, romper todas las páginas y empezar a escribir unas nuevas. Pero no calculó bien la dosis.

Consiguió que ya no le dolieran esos viejos espíritus, consiguió odiarlos y despreciarlos a diario sin flaquear un solo momento. Consiguió ser sobradamente fuerte para levantarse del topetazo y respirar a pleno pulmón tal y como nunca lo había hecho. Hizo un nuevo bizcocho desde cero, y habría sido perfecto de no pasarse con la levadura.

Al cerrar todas las puertas se dedicó a ver la vida desde su ventana. Era una magnífica espectadora de todo lo hermoso que la rodeaba, pero nunca se dejaba tocar por el paisaje por si acaso la lastimaba. Se colgaba un cartel de frágil cuando salía a hacer la compra o a tomar un helado, para que nada ni nadie rozara su piel. Al romper las páginas viejas no se dio cuenta de lo necesario que era conservarlas para no cometer los mismos errores al escribir las nuevas.

Y cuando se dio cuenta de que el bizcocho se le había quedado reseso de tanta levadura corrió hasta la estación... pero el tren ya había pasado con su última ilusión a bordo. Y no le quedó más que sentarse en las vías y preguntarse:

¿Me atreveré a vivir esta vez, aún a riesgo de que sea a golpes?

God save the queen!

- Esto... me llamo Jim, y tú?
- Roberta
- Vaya, ¿como Roberta Flack?
- Sí, justo
- Pues encantado, Roberta. Verás, soy inglés y no conozco mucho esto. ¿Me puedes enseñar donde está el sofá?
- Está allí (señalando)
- ¿Cómo? Es que no entiendo muy bien el castellano (todo esto dicho en perfecto castellano). ¿No me puedes acompañar?
- Así que eres inglés, ¿no?
- Sí, ¿por?
- Verás, yo soy estudiante, pero también soy profesora de inglés.
- (cara de choteo) Venga ya, pero si no debes tener más de 20 años. ¿Y hace cuánto se supone que lo hablas? ¿Desde el instituto?
- Desde hace 15 años exactamente
- (ahora la cara es de póker) Ah qué bien... ¿entonces me enseñas donde está el sofá?
- Cómo no, Jim. Carry straight on, then just turn left and there it is. I could swear you're not understanding a word, but congratulations: you have a real bizarre method of trying to pick up, man! (Ie. Todo recto, luego gira a la derecha y ahí está. Juraría que no estás entendiendo una sola palabra de lo que digo, pero te felicito: tienes un método rarísimo para pillar cacho, tío)
- (Risas) Ah muy bien, pero prefiero que me acompañes de todas formas
- Vale, te acompaño. Pero hay un problema
- ¿Cuál?
- Verás, es que soy judía. Y mi religión no me permite acompañar a hombres a un sofá sin antes casarme con ellos (esto tiene que ser infalible).
- Quieres decir que... ¿nos casemos?
- Claro, pero no sin antes conocer a mi familia. Mi padre es juez, mi madre trabaja en el CESID y mi hermano es policía nacional. Y tenemos una colección de escopetas en la vitrina del salón, seguro que te mola. Mañana hay acelgas para comer, ¿te vienes?
- Ah que bien. Creo que me llaman. Bueno, ya nos veremos.
- (¡Y ha sido infalible!) Muy bien Jim, have a good time in Spain!

Hoy hace un año

Que eché todos mis fantasmas

Que dejé de creer las mentiras

Que pensé que no volvería a respirar, y sigo haciéndolo

Que caí para volver a levantarme

Que la debilidad me hizo todavía más fuerte

Que cerré todas las puertas

Que abrí todas las ventanas

Que rompí todas las páginas

Que empecé a escribir las nuevas

Y me siento tan libre que ya nada parece tener límites. Puedo bailar en plena calle, o saltar sobre los charcos. Puedo contar la lentitud de las horas mientras escucho el borboteo del estanque o zambullirme en él sin más rodeos. Puedo cerrar el paraguas en plena tempestad o tumbarme en el césped y ver pasar las nubes. Puedo hacer lo que me da la gana, y no lo cambiaría por absolutamente nada en este mundo.

Lo aprendí un 6 de junio, y Alberto me ayudó a comprenderlo un 28 de julio. Nunca unas sevillanas fueron tan curativas, ahora las practico mucho más a menudo :)

I am unwritten... you can't read my mind: I'm undefined. I'm just beginning, the pen's in my hand ending unplanned.

Staring at the blank page after you, I open up the dirty window and let the sun illuminate the words that you could not find. I'm reaching for something in the distance so close I can almost taste it, release my inhibitions...

And feel the rain on my skin! No one else can feel it for me, only I can let it in. No one else! no one else can speak the words on my lips!. Drench myself in words unspoken, live my life with arms wide open

Today is where my book begins... the rest is still unwritten :)

(Natasha Bedingfield)

La aprendiz de princesa

La aprendiz de princesa

No es mío, es de Nando. Pero es tan precioso que me resistía a que tan sólo se quedara con mi comentario. Mil gracias por este post y por formar parte de este blog. Espero que nunca pierdas esa chispa tan especial (¡¡¡¡y deja ya tu carrera y hazte escritor!!!! :P)

Érase una vez una joven aprendiz de princesa que no sabía caminar con zapatos de cristal. Se encontraba perdida en las alturas de unos tacones que no creía hechos para ella. Se sentía tan extraña en esos vestidos que encontraba tan exageradamente elegantes q no le apetecía llevarlos a diario. Miraba con extrañeza su pelo repeinado por peluqueros de reputado prestigio que lo enredaban en complejas trenzas, escapando entre valiosas joyas y preciosas diademas que a ella no la impresionaban. Se perdía a veces, como si fuera parte del decorado, en las cenas llenas de gente q se creía importante, y declinaba con gentileza atender a esos presuntos (y también presuntuosos) invitados de valor.

Pero ella siempre se sintió más segura caminado sobre la suela plana de sus botines gastados, y vestida cada día de nuevo con sus viejos y fieles tejanos. Siempre fue mucho más sencillo recoger en un moño desnudo de valiosos adornos su hermoso pelo largo. Siempre estuvo más comoda entre sus amigos de toda la vida, en cualquier esquina de su viejo barrio. Ella siempre se marchaba de las cenas de gala. Prefería irse al jardín a ver los gatos que se dejaban acariciar por sus manos momentos antes de escaparse saltando sobre los tejados. O tal vez, simplemente ver nadar a los patos que daba de comer sentada en un banco del parque, en un estanque escondido del resto del mundo que nunca supo buscarlo. De cualquier pequeño rincón, ella siempre supo hacer su verdadero palacio... y rellenar sus paisajes con sonrisas.

Ella, la princesa que en algún tiempo se creyó con alma de torpe pato, al final resultó ser un hermosísimo cisne disfrazado.

Que sepas a mi no me engañas con tu disfraz de pato

Hoy me siento como Amèlie cuando intentaba que alguien viera los destellos de su espejo en la oscuridad de París. Hasta ahora nadie veía los del mío... justo hasta ahora :)

Mi día ideal

Por fin: ha sido hoy.

Después de no dormirme hasta las cinco de la mañana durente dos días seguidos por culpa de una alergia horrorosa y bastantes problemas de estómago llegó hoy. El maravilloso día de mi maravilloso examen de mercantil.

No sé si he dicho alguna vez que soy una verdadera negada chapando. Conseguí aprobar antes tres cursos de matemáticas y otros tres de estadística que una porquería de historia de España. Teniendo en cuenta ese dato y que los dos últimos días estuve enferma y somnolienta, os daréis cuenta de lo superhipermegabien preparado que llevaba mi examen de derecho mercantil.

Pues bien, no contentos con eso al arrancar el coche no tenía batería. Mi madre dejó puesto el arranque toda la noche. Teniendo en cuenta que quedaban 20 minutos para mi examen y que vivo en pleno campo, a 7 kilómetros del centro y rodeada de pistas de parcelaria descascarilladas y sin bus, tuve que llamar a un taxi. El taxista fue muy majo, pero me cobró 10 € por ir hasta la facultad.

Ovbiamente cuando llegué tuve que encender un cigarrillo. Por lo menos el examen no fue tan difícil como me esperaba, aunque la otra parte negativa es que tuve que aguantar las borderías de mi profesor de internacional (cuando me apruebe pondré su nombre completo, por gilipollas).

Para rematarla, al llegar a casa (¡por fin!) cogí mi cámara y me propuse dar una vuelta y fotografiar la cascada para enseñárosla aquí. Desgraciadamente, tropecé con unas losetas y me caí. Tengo las rodillas como un crío de parvulario.

Sí, hoy ha sido un día maravilloso. En media hora me voy a emborrachar. ¡Cuídenseme!

Me dispongo a subir al tercer piso para ir a una optativa de 5º y oigo desde el ascensor

- ¡Eeeeh! Cuánto tiempo. Sube en el ascensor, mujer.

(Dios, el petardo de hacienda. El futbolista. Es más tonto que Fran Rivera. Hasta habla como Fran Rivera... a veces dudo si será su hermano secreto. En fin, ahora ya no puedo rajarme)

- Vale, ¿qué tal?
- Bien, bien. En enero no te vi por hacienda

(mi cabeza: Pero... ¿a qué viene ahora hablar de hace cuatro meses? Qué malo es el deporte, afecta al cerebro)

- Sí, es que estuve enferma
- Si claro, vaya jeta. Tú te pasas enferma todo el año (tonito de superioridad y risa sarcástica)

(¡Tendrá huevos! ¡¡Y mira cómo me lo dice!! La madre que..)

- ¿Yo? ¡Pero si yo no falto! Ni que estuviera todo el día tocándome las narices
- Pues poco te falta chavala

(Mi paciencia empieza a agotarse. Enciendo un cigarrillo al salir)

- ¡Ajjjj por favor!... nunca saldría con una tía que fumara
- Qué bien
- ¿Por?
- Porque no sabes el peso que me has quitado de encima.

Y yo me pregunto, ¿para ser así de tonto basta cursillos o hay que hacer un máster?

La economía del lenguaje

La economía del lenguaje

Estado: destrozada por la alergia
Escuchando: Venus in furs, de la Velvet Underground
Hoy en Santiago: 22ºC/71.6ºF. En la foto, el monte Pedroso
Reto personal del día: encontrar masa para brownies en el Lidl. Prueba no superada (los americanos tienen el monopolio, otra vez)


Habría tanto que decir sobre esto... pero no quiero aburriros :P

Este año he descubierto la economía del lenguaje gracias a un gran profesor (de los pocos que todavía me parecen grandes tras cuatro años seguidos aguantándolos...). Al principio uno pude pensar que esto de intentar relacionar la teoría económica con la evolución de una comunidad de hablantes es una verdadera gilipollez, pero se puede hacer. De hecho, cada vez que doy un paseo me convenzo más de que la teoría economica se puede aplicar a casi cualquier cosa, aunque nunca en términos absolutos, claro. (Dios... necesito unas vacaciones).

Lo malo de encontrar algo nuevo que te interese es que no encuentres también bibliografía en tu idioma (esto sólo parece interesarle a los catalanes) y que la encuentres toda en inglés (en cambio a los canadienses parece que le encanta) . La parte positiva de todo esto: que en dos meses, he aprendido a manejar el diccionario a la velocidad de la luz (yo siempre tan realista...).

En fin, que sigo metida en ello, aunque ahora tenga que frenar un poco el ritmo por los parciales. Estoy pasando un pequeño cuestionario a la gente para redondear uno de los apartados de mi trabajo de economía del lenguaje, así que si sois gallegos y todavía no habéis hecho vuestra buena obra del día, ¿qué mejor que ayudar a esta pobre joven descarriada? Decídme si os parece bien y os enviaré el cuestionario por e-mail.

¡Gracias!

Una de música

Una de música

Testigo recibido de: Solovio y una Viguesa de antaño, como yo ;)

Tamaño total de los archivos de música en mi ordenador: No sé... (¿y eso cómo se mira?). A ver que lo intento. Cerca de 12 gigas.

Último disco que me compré: creo que fue Ultrasónica, de Piratas.

Canción que estoy escuchando ahora: Humble Me, de Norah Jones. Perfecta cuando veo el valle a través de mi ventana.

5 canciones que escucho un montón o que tienen algún significado para mi:

- Es por ti, de Cómplices (mi preferida desde los 6 años)
- Groovin', de Marvin Gaye (¡transmite tan buen rollo! es Marvin en estado puro)
- Sediento, de la Barbería del Sur (el mejor regalo que un gran amigo me pudo hacer)
- Fecha Caducada, de Piratas (me recuerda a Vigo)
- El tercer movimiento del Claro de Luna, de Beethoven (Se parece tanto a mí que me desconcierta. Y cuando mi padre intenta tocarlo, siempre se equivoca...)

5 Personas a las que les paso este testigo:
A los morenos/as de ojos castaños/as (sí, sólo los que tengan ojos)

En la foto: Marvin, grabando "Let's get it on"

Sonrisas y flores

Sonrisas y flores

En la foto: Mujer con laúd frente a la ventana (1663), de Vermeer. Óleo sobre cánovas. Museo Metropolitano de Nueva York.

A veces en las tardes de abril Julia miraba por la ventana de su clase. De hecho, creo que ha tenido la mala costumbre de hacerlo desde que estudiaba en el colegio de la playa. Se podía pasar horas contemplando embobada los inmensos jardines del patio e ignorando a su profesor de lengua. Después bajaba al recreo y los pliegues de su uniforme se escondían en la hierba mientras su mejor amiga ponía nombres a los sauces llorones.

Y ahora sigue intentando descubrir nuevos matices en el paisaje de la ventana del seminario mientras conserva esa manía de morder el capuchón del boli. Fuera llueve sin cesar y sale humo blanco de la chimenea del convento. Los autobuses de turistas vienen y van mientras los niños juegan en el colegio de enfrente, tal y como ella hacía cuando empezó a adquirir sus malas costumbres.

Cuando por fin vuelve al mundo real, Julia descubre que dos ojos la reprenden impasivos por sus diez minutos de despiste y se ruboriza. El mismo rubor que siente en sus mejillas cuando al avanzar los meses aquella persona, en vez de sentirse atacada por su despiste, le regala una gran sonrisa, día tras día, semana tras semana... y ella desvía la mirada al sentir que algo no está bien en todo eso.

Pero aquel viernes no fue consciente de que estaba viviendo la última jornada de sonrisas y flores. Simplemente cruzó una última mirada de algo más de diez segundos, desvió la suya para evitar compromisos y salió por la puerta.

Querida Julia: has sido una cobarde, pero quizá hayas hecho lo que debías... o no. La cuestión es que ahora ya nunca lo sabrás, a no ser que se cumpla aquello de:

They say if you love something and let it go, if it comes back it's yours, that's how you know.

Y créeme, no siempre se cumple.

Tengo guardado lo que me dabas sin darme nada,
viento del este, y en tu mirada, polvo de hadas.

Tengo guardado lo que me dabas sin darme nada,
Vanos intentos, versos heridos y un 10% más de latidos.
Datos intensos... datos perdidos.

Una sonrisa que da sentido a cada segundo, cada gemido
No digas nunca que tú no has sido.
Un par de cartas y una amapola que cobra vida si estoy a solas
para perderse entre las olas.

Tengo guardado lo que me dabas sin darme nada.

(Viento del Este, de Cómplices)

Noches de Gabiria

Noches de Gabiria

Fue una cosa muy extraña. Porque yo apenas lo conocía y era inseparable de un viejo amigo mío.

Yo tenía 18 años y él 20. Simplemente se vino aquí a estudiar, salimos una noche para enseñarle la ciudad y acabamos bebiendo porrones de vino con mora, robando cartas de un buzón, escalando la fuente de la plaza de Abastos e imitando a Madonna en el Ruta con dos conos que encontramos Dios sabe dónde... A veces las cosas más extrañas acaban forjando amistades más extrañas todavía.

Pocas veces me reí tanto en mi vida. Era un crack inventando nombres. Fue él quien me puso lo de Inchina (de "made in China", por los ojos rasgados y la maña con los palillos en el chino). Me grababa canciones rarísimas... su ordenador era una auténtico hervidero de cosas extrañas y sin sentido. Lo mejor eran las canciones de David Bowie. Y la película aquella, del laberinto (demencial...). Incluso nos inventamos un amigo imaginario que solía atacarnos por la noche en pleno baile: el gnomo de Bisbowie (híbrido de David Bisbal y David Bowie. Y aunque no lo creáis, yo sentía cómo me agarraba la pierna los jueves por la noche).

Una vez su madre le llamó y estaba en un estado tan caótico que empezó a describirle cómo trepaban los líquenes por la catedral. Otra vez Kiko y yo nos cargamos su sofá (fue un accidente...). También le escondimos el inhalador entre la ropa sucia, le embadurnamos la taza del váter con desodorante, descorchamos una botella de Ribeiro y "bautizamos" la pared... (en venganza más de una vez mis tenis salieron volando por la ventana).

En su nevera sólo había cerveza, zumo, bistecs y calamares a la romana (sin olvidarnos de su sagrado tabasco...). Intentó enseñarme a tocar la guitarra pero, definitivamente, no tenía madera de profesor. Y lo cierto es que no debía ser culpa mía, porque su vecino el heavy del tercero, que vino a buscarnos antes de presentarse por citación judicial en Fontiñas, me enseñó más acordes en media hora que los que aprendí en una semana de clases con Leis (ahí si que no había quien viviera...).

Ahora se ha mudado y ya casi no lo veo. Es una pena, porque éramos los compañeros de juerga ideales, pero así es la vida. El sábado volví al Porrón y salté otra vez a lo matrix entre los muros de los callejones... pero definitivamente nunca me saldrá tan bien como a él. Tampoco me ha vuelto a atacar el gnomo de BisBowie.

Menudo par de ingratos. ¡A ver cuando volvéis!

-Oh, I ought to report you to the Gnome office
-Ha ha ha, hee hee hee... I'm a laughing Gnome and you can't catch me

(The Laughing Gnome, de David Bowie)

Teorema del Dorito

Teorema del Dorito

Volviendo a dejar de lado mis historietas, intentaré ilustrar uno de los momentos más duros en la vida de una chavala a través de un sencillo modelito microdietético. Veamos si se verifica la hipótesis "Para adelgazar no hay que merendar" (Ahí va eso):

Partiendo del supuesto de que en invierno, entre fiestas y demás gaitas, una se empieza a atiborrar de porquerías diversas escudándose en que los jerseis taparán esos michelines que empiezan a aflorar por doquier, pues aprovecha para saquear las bolsas de pipas, pistachos y mañanitos de la despensa (excluiré de mi modelo factores como ser una fumadora y una bebedora que reniega del sexo masculino para no complicar excesivamente el análisis).

Si en el período inicial su peso inicial es t (evitemos recordar lo delgados que estábamos para no echarnos a llorar), tras 4 meses comiendo más filipinos que el monstruo de las galletas el peso final de la fémina acaba siendo de t+5 (vaya putada...). Tras el período de ajuste, la inocente y rolliza muchacha decide que es momento de volver a su masa corporal inicial (y si es posible, reducirla un par de kilos más).

De esta forma, esa pobre niña con 5 kilos de más decide iniciar la demoníaca "Dieta de los puntos", mundialmente conocida por dieta Watch Weight. Resumidamente, el método consiste en que cada alimento tiene una serie de puntos, y una persona que pese menos de 70 kg no puede comer más de 18 puntos al día. La ventaja que tiene es que puedes comer prácticamente de todo (mientras no te pases de 18 puntos al día). ¿Lo malo? veámoslo:

- Desayuno: Cafe con leche (2 puntos)+ tostada con fiambre (3 puntos)= 5 puntos
- Comida: Espaguetis con salsa de tomate (7 puntos) + queso rallado (2 puntos) = 9 puntos

Vale. Llevamos 14. Quedan 4. ¿Y QUE NARICES VOY A MERENDAR Y A CENAR? Un bocata de chorizo son 5 puntos ya. Adiós merienda... directamente ceno:

- Cena: Ensalada con atún (2 puntos) + yogur con frutas (2 puntos)

Ahí fueron los 18 puntos de la pobre y hambrienta chica del ejemplo (o sease, ahí fueron mis 18 puntos...). Tras esta demostración, la conclusión que se desprende es que... ¿para adelgazar no hay que merendar? Pues no. La hipótesis es absolutamente falsa. Para adelgazar hay que joderse.

¡Vivan los creativos de Dove!

(Por cierto, la confirmación empírica de la veracidad de mi hipótesis: ya he perdido cuatro kilos. Y estoy sufriendo muchísimo...)

Respecto a la foto: no, todavía no me estoy quedando así...