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Una Mujer Estresada

Libertad relativa

Libertad relativa A veces me siento tan libre que ya nada parece tener límites. Puedo bailar en plena calle o saltar sobre los charcos. Puedo contar la lentitud de las horas mientras escucho el borboteo del estanque y leo un libro o zambullirme en él directamente y sin rodeos. Puedo cerrar el paraguas en plena tempestad o tumbarme en el césped y ver pasar las nubes. Puedo dejar que el viento enrede mi pelo durante una tregua de breves minutos. Puedo hacer lo que me da la gana, y no lo cambiaría por absolutamente nada en este mundo.

Entonces pienso que si Don Félix, mi profesor de ética y filosofía, escuchara todo esto me diría: segues a se-la pobre infeliz que coñecín con dezaseis anos. A liberdade plena é unha utopía, así como tampouco existe esa entelequia á que moitos chaman democracia.

Y mentalmente le contesto, tal y como solía hacer hace cinco años: Xa o sei mestre, pero e que non preciso dunha liberdade plena para me sentir completamente ceive. No necesito esa libertad absoluta, porque prefiero beber la vida disfrutando cada pequeño sorbo, y pintar mi cuadro con trazos lentos y precisos para poder sentir con total intensidad cada nueva pincelada. No entiendo a esa gente que quiere vivir al máximo de velocidad y sin freno. Prefiero mi pequeña e insignificante libertad relativa, porque incluso sólo con ella me siento viva todas las mañanas de este mes de junio.

Y él o García Calvo me tacharían de romántica decadentista, minimalista o alguno de esos términos que se inventan para justificar su adorada e intocable filosofía. Pero yo sé que Don Félix se siente un pelín más libre con cada chiquita del recreo, por mucho que pretenda negarlo en nuestras tertulias.

Este domingo, paseando por el río, me encontré con una chica que se debía sentir por lo menos tan libre como yo. Quizá por eso permitió que me acercara a ella sin asustarse demasiado. Parecía tan segura de no correr peligro... La diferencia entre nosotras es que ella llevaba un vestido azul precioso, de esos que todas hemos deseado tener a los cinco años. Cuando le dije lo mucho que me gustaba empezó a saltar de alegría, removiendo las hojas a su paso.

Y en el fondo, ¿a qué chica no le alegra el día un buen piropo? :)

En la foto: la chica del vestido azul

5 comentarios

jose -

informacion de libertad relativa

nando -

bonita foto. como se nota la hizo una artista ;) el texto, bueeeeeno, normalito xq lo como escribiste tú... :P (q luego me dices q te hago la pelota y no me respondes...)

pd: cada día escribes mejor ;)

Inchina -

Mmm... y haciendo un remix de ambas cosas, ¿qué tal dormir descalzas sobre la hierba? jaja

Yo también necesito una cura de sueño yaaaa!!!

Bicos :)

monica -

en estos momentos, para mi la libertad es dormir...

brianda -

Hace poco escribí: la libertad consiste en caminar descalz@ sobre la hierba húmeda... Tu profesor debería hacer alguna de estas cosas de vez en cuando, no? Por su propia felicidad :)