Derrotándome
¡DIOOOOOS QUÉ RESACA!
Necesito cambiar de vida, de verdad. Me he convertido en una degenerada y debo declararme en Estado de excepción. Los vaqueros, los cigarrillos y los bares son mis aliados en esta contienda. En la práctica todavía no hemos perdido, ventiún años de guerra sería demasiado poco tiempo luchando con la vida... pero quizá cuando algunos cañonazos son más fuertes que otros, los veintiún años de lucha acaban pareciendo veinticinco.
Hace ya meses que perdí la batalla contra mis rizos castaños o mis tenis desteñidos, pero se la he ganado a los zapatos de tacón y al rojo de labios. No fue fácil, hubo que romper muchas fotos, tirar regalos estropeados y recuerdos sin sentido, pero finalmente lo conseguí. Ahora soy simplemente yo, y en pie de guerra ante los ventidós, o lo que es lo mismo, ante mediados de mayo. Y no me pienso dejar vencer, porque este año, aunque no gane la guerra, voy a conseguir una tregua.
Si yo sé que en el fondo la vida me tiene algo de simpatía, y que más tarde o más temprano tendrá que sacarla a flote. Además, no puedo seguir siendo una degenerada mucho más sin que mis pulmones se resientan, mis vaqueros se desgarren o los rizos cubran mi cara. Todas las fachadas acaban desmoronándose antes o después.
Sé que aparecerá alguien que me quite esta máscara y proponga un tratado de paz. La cuestión es: ¿Seré lo suficientemente valiente para firmarlo?
Necesito cambiar de vida, de verdad. Me he convertido en una degenerada y debo declararme en Estado de excepción. Los vaqueros, los cigarrillos y los bares son mis aliados en esta contienda. En la práctica todavía no hemos perdido, ventiún años de guerra sería demasiado poco tiempo luchando con la vida... pero quizá cuando algunos cañonazos son más fuertes que otros, los veintiún años de lucha acaban pareciendo veinticinco.
Hace ya meses que perdí la batalla contra mis rizos castaños o mis tenis desteñidos, pero se la he ganado a los zapatos de tacón y al rojo de labios. No fue fácil, hubo que romper muchas fotos, tirar regalos estropeados y recuerdos sin sentido, pero finalmente lo conseguí. Ahora soy simplemente yo, y en pie de guerra ante los ventidós, o lo que es lo mismo, ante mediados de mayo. Y no me pienso dejar vencer, porque este año, aunque no gane la guerra, voy a conseguir una tregua.
Si yo sé que en el fondo la vida me tiene algo de simpatía, y que más tarde o más temprano tendrá que sacarla a flote. Además, no puedo seguir siendo una degenerada mucho más sin que mis pulmones se resientan, mis vaqueros se desgarren o los rizos cubran mi cara. Todas las fachadas acaban desmoronándose antes o después.
Sé que aparecerá alguien que me quite esta máscara y proponga un tratado de paz. La cuestión es: ¿Seré lo suficientemente valiente para firmarlo?
7 comentarios
Inchina -
Funktastic... ya-lo-sé (¡¡¡noooo!!! jajaja. ¡Gracias! Ya sabes lo que pienso de tu última foto)
David: has hecho mal en invitarme... soy una gorrona en toda regla, jaja. Además, es muy atractiva esa presentación a lo América de "Bush". Definitivamente me ha llegado al alma :P
Sr. Anónimo, ya sé que es malo fumar. Se me ocurre una famosa frase para decir a modo de defensa... pero aún estamso en horario infantil (ñañaña)
¡Hasta pronto!
nando -
Anónimo -
(te lo dice un ex-abstemio derrotado, así q... desconfía!!) :P
pd: y ya sabes lo q pienso de tus alianzas con los cigarrillos...
muchos bikos, pequeña revolucionaria ;)
david -
david -
Mi viaje es a Boston durante al menos dos años. Intentaré ilustrar en el blog, como se ve el mundo desde el otro lado del charco, rodeado de zombis comehamburguesas. Dices que no viajas...considerate invitada a pasar unos dias en la america de bush.
funktastic -
cascabel -
animo!