Mi regalo de cumpleaños
Lo malo que tiene haber nacido en marzo es que hace mucho frío, sobretodo si vives en Galicia. Pero en Sevilla es diferente, así que celebrar su cumpleaños fue mucho más sencillo.
Mi amigo cumplió 23 años el 22 de marzo, pero el tiempo se alió conmigo para poder organizar su fiesta sorpresa de cumpleaños. Así que, después de que él volviera de París en su "jet privado" con un kilo de postales para una servidora, cogimos el coche y nos fuimos a Cádiz. Allí, en plena playa, hicimos unas brasas y freimos huevos fritos con bacon y patatas al son de discos de Quique González y Jorge Drexler. Cuando el ron empezó a subírsenos a la cabeza yo cogí la guitarra y me puse a cantar mientras él bailaba al son de la música.
Entonces, un grupo de gente empezó a acercarse a lo lejos. Y no, no eran los vecinos del barrio enfurecidos, eran... ¡los Piratas! Con intención de contratarme como bajista gracias a mi portentosa habilidad raspando las cuerdas (o al menos eso dijo el Sr. Ferreiro).
Nos confesaron que habían abandonado costumbres un tanto perjudiciales y se habían vuelto a unir, y que como nosotros dos éramos los más enrollados de una playa gaditana completamente desierta a medianoche, nos iban a dedicar un "Unplugged". Y ahí estábamos mi amigo y yo, comiendo la tarta de chocolate que yo había llevado de postre al ritmo de Años 80. Luego acabamos todos borrachos bañándonos en el mar muertos de risa. Y después ya no se que pasó, porque me desperté al día siguiente en una habitación del hotel Alfonso XIII de Sevilla sin rastro de resaca y sintiéndome "flex".
Después de desayunar en el catering de super lujo (era el día temático del chocolate) tumbada en almohadones de seda y plumas, pregunté al siervo de recepción dónde narices estaba mi amigo. Y mi suertudo amigo aún estaba soñando con la noche de ayer en la suit presidencial. Los hay que nacen con estrella ;)
¡Soñar es gratis!
(Sabediosquién...)
Mi amigo cumplió 23 años el 22 de marzo, pero el tiempo se alió conmigo para poder organizar su fiesta sorpresa de cumpleaños. Así que, después de que él volviera de París en su "jet privado" con un kilo de postales para una servidora, cogimos el coche y nos fuimos a Cádiz. Allí, en plena playa, hicimos unas brasas y freimos huevos fritos con bacon y patatas al son de discos de Quique González y Jorge Drexler. Cuando el ron empezó a subírsenos a la cabeza yo cogí la guitarra y me puse a cantar mientras él bailaba al son de la música.
Entonces, un grupo de gente empezó a acercarse a lo lejos. Y no, no eran los vecinos del barrio enfurecidos, eran... ¡los Piratas! Con intención de contratarme como bajista gracias a mi portentosa habilidad raspando las cuerdas (o al menos eso dijo el Sr. Ferreiro).
Nos confesaron que habían abandonado costumbres un tanto perjudiciales y se habían vuelto a unir, y que como nosotros dos éramos los más enrollados de una playa gaditana completamente desierta a medianoche, nos iban a dedicar un "Unplugged". Y ahí estábamos mi amigo y yo, comiendo la tarta de chocolate que yo había llevado de postre al ritmo de Años 80. Luego acabamos todos borrachos bañándonos en el mar muertos de risa. Y después ya no se que pasó, porque me desperté al día siguiente en una habitación del hotel Alfonso XIII de Sevilla sin rastro de resaca y sintiéndome "flex".
Después de desayunar en el catering de super lujo (era el día temático del chocolate) tumbada en almohadones de seda y plumas, pregunté al siervo de recepción dónde narices estaba mi amigo. Y mi suertudo amigo aún estaba soñando con la noche de ayer en la suit presidencial. Los hay que nacen con estrella ;)
¡Soñar es gratis!
(Sabediosquién...)
1 comentario
nando -
q suerte tienen algunos!! :P
muitos bicoooos guapisima!!!!